
Los marinos y los granjeros lo saben bien. La naturaleza es su circunstancia. Miran constantemente al cielo, al mar o la tierra y aprenden a leer sus mensajes, aprovechan su riqueza y sobreviven a pesar de no poder controlar su majestuosa fuerza.
El mercado tambien es noble. Puedes aprender sus leyes y aprovechar sus oportunidades pero no puedes negociar con el o culparlo de tus males.
Por eso cuando emprendes eres como el marino o el granjero. El mercado es tu circunstancia. Pero tu exito o tu fracaso solo dependen de ti.